martes, 25 de marzo de 2014

Poema Zen




Cuando el espíritu (mente) se mueve,
la montaña, el río y la gran tierra
se mueven también.

Cuando el espíritu está inmóvil,
el viento que sopla,
el pájaro en vuelo,
las nubes errantes,
permanecen inmóviles.

En el estado de mushin (no mente),
permanece la vida eterna,
la felicidad más grande.

Por el pensamiento
aparecen los sufrimientos,
de la no concentración
surgen las enfermedades.

Permaneciendo en la paz absoluta
del cielo y de la tierra,
en la armonía del cosmos,
se realizan los mil otoños
y las diez mil primaveras de nuestra vida.



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