martes, 10 de mayo de 2016

El yoga como proceso restaurador




Nuestra experiencia como educadores de yoga por más de 12 años nos ha permitido vivenciar que  la mayoría de las personas que se inician en las prácticas de yoga,  lo hacen por recomendación de algún médico o fisioterapeuta  como consecuencia de sus problemas de salud, ya sean emocionales, físicos o mentales.  Con gran satisfacción personal, muchas de ellas, fundamentalmente las que son constantes y perseverantes en su práctica,  obtienen muy buenos resultados en todos los ámbitos, aún sin ser el objetivo final de yoga.

Yoga es un proceso que se vuelve  restaurador en la medida en que uno se implica en su propia intimidad, en volverse íntimo con sus sensaciones.  Esta intimidad necesita cultivar la honestidad para sentirse con los menores autoengaños posibles.  Desde este enfoque, el alumno va despertando una profunda consciencia a lo que está siendo.

Este proceso pasa ineludiblemente por el despertar estructural del cuerpo.  La mecánica fisiológica en relación con la gravedad implica un juego constante de fuerzas en oposición. La metodología del yoga dinámico implica una ley física llamada Torque para fomentar y despertar la integridad corporal  desde las extremidades, manos y pies, brazos y piernas hacia el núcleo, la columna vertebral, sistema nervioso central y los músculos involucrados en la respiración.

Esta mecánica facilita el despertar de los músculos profundos con lo que consecuentemente el cuerpo se siente más aliviado de la presión que ejerce la fuerza de la gravedad sobre las articulaciones,  mejorando el flujo energético integral. Todo ello implica una re-educación postural, re-calibrando las cadenas musculares. 

Como todo proceso de aprendizaje requiere repetición y sensibilidad.  Con tal finalidad,  el yoga dinámico y en concreto el yoga restaurativo, usa secuencias  posturales seguras y  de fácil acceso al público en general,  con la suficiente habilidad para despertar músculos dormidos y perezosos,  facilitando el suavizar de otros super-activos o tensos.  Es un método que se caracteriza por no usar posturas que por su exigencia favorezcan la agresividad.

Pero el factor clave de esta metodología de aprendizaje es la verbalización del profesor. Éste va guiando  al alumno por todos esos mecanismos internos que ya están de hecho en activo pero que gracias al  cultivo de la sensibilidad pueden ser facilitados y mejorados.