viernes, 28 de noviembre de 2014
miércoles, 26 de noviembre de 2014
lunes, 17 de noviembre de 2014
jueves, 13 de noviembre de 2014
La ley del karma
La
ley del Karma dice que cada acción que emprendes, sea física, verbal o mental,
tiene un efecto similar. En la sabiduría
popular nos tropezamos con ella constantemente con la frase: "lo que siembres recogerás". La energía que generas con tus acciones no se
detiene jamás, se proyecta en la eternidad hasta que produce su efecto, que
será similar a la causa que lo ha producido.
Si siembras castañas no obtendrás limones...
Lo
más importante de esta sabiduría es que te hace responsable de tus actos,
impidiéndote culpabilizar a otros por lo que te suceda. El complejo entramado del karma provoca
todas tus desdichas y placeres, pero no
por culpa de los demás sino porque vuelve la energía que en un momento habías
generado. Esto no se limita solamente a
esta vida sino que se proyecta al infinito.
Es como si lanzases un martillo al aire y te olvidases de él. En un momento u otro, por la fuerza de la
gravedad del martillo tiene que bajar. Si éste te da en la cabeza, no puedes empezar
a culpar a los demás por el simple hecho de que no te acuerdas de que lanzaste
el martillo al aire en un momento dado de tu existencia. Las desgracias que te ocurren, quieras o no,
aunque sea duro reconocerlo, (el ego se rebela), tienen su causa en ti mismo,
en tu propio contiuno mental. Por tanto,
tu dedo ya no puede señalar a nadie, ya no puedes odiar a nadie, ya no hay
nadie para culpar de tu desgracia por muy duro que sea, no puedes utilizar una
ley universal como la de causa y efecto para lo que a ti te convenga, sería muy
poco honesto por tu parte.
Si
lo piensas bien, lo analizas, verás que no puedes mover un átomo de una parte
del universo sin que esto repercuta en todo el universo. El átomo no es más que energía, nuestro
pensamiento no es más que energía y nuestra acción proviene del pensamiento,
por tanto todo, absolutamente todo lo que hagamos o pensemos va a tener una
consecuencia en el universo. Lo creamos
o no es una cuestión de pura lógica, de pura ciencia sutil. Algunos científicos
que experimentaron con partículas subatómicas descubrieron que no podían
manejar estas partículas sin que su pensamiento influyera en el comportamiento
de las mismas. Algunos de estos
científicos proclaman que las propiedades de las partículas nucleares no son
más que creaciones de sus propias mentes, que de hecho, las partículas no
tienen propiedades independientes de las mentes de quienes las observan. Esto presupone que, en el mundo de las
partículas, la mente que percibe la realidad, de hecho la crea.
Partiendo
de esta base podríamos decir que nuestra mente ha creado lo que percibe,
¿no?. Entonces por la misma regla
podemos considerar nuestra mente totalmente interdependiente de lo que ocurre
"fuera" de nosotros.
Consecuentemente esto nos lleva de nuevo a la ley de causa y efecto y al
hecho de hacernos responsables a nosotros y a nuestra mente de todo lo que nos
ocurre, bueno y malo.
Relacionando
todo esto con nuestra actitud egoísta,
piensa que el ego no puede traerte nada bueno ya que todo lo malo que te
ocurre: parejas rotas, celos, robos, violencia, enfermedad... Viene de una actitud egoísta del pasado. Y
todo lo bueno que te ocurre viene de abandonar esta actitud. !Que energía más
maravillosa puede volvernos del hecho de amar a los demás . Y que energía más
negativa puede volvernos de dar rienda suelta a nuestro odio, rabia, o a cualquier otra mente perturbada!
¡Afortunadamente
puede existir una salida de este continuo!
Tienes que reconocer que esta energía viene
de tu propio continuo mental. Que fue creada en el pasado quizás con
consecuencias dañinas para otros seres. Ahora tienes la oportunidad de purificarla, de
limpiarla, aceptando cualquier sufrimiento como retribución a las acciones
negativas que se cometieron en el pasado debido a las perturbaciones mentales
generadas por el odio, el apego o la ignorancia. Aceptarlo de corazón y con agradecimiento
hará que cualquier sufrimiento se pueda sentir como aprendizaje y no como pesada
carga y que además pierda sus potenciales para volver a repetirse.
Me
gusta verlo así: si en mi vida personal
hago daño a alguien, me doy cuenta de ello y me arrepiento, me hace muy feliz poder reparar o compensar el
daño que he causado. Con el karma pasa
lo mismo pero a gran escala.
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