Durante
la meditación somática la mente se vuelve íntima con las sensaciones del
cuerpo. A medida que esto se va
profundizando de manera natural, la mente empieza a percibir sensaciones más
sutiles y placenteras, más silenciosas y relajadas. La mente cambia su cualidad de lo burdo a lo
sutil, hacia su propia claridad.
Para
que este proceso pueda suceder tienes
que dejar ir la habilidad de la mente por imaginar. Esto es dejar ir las mentes o los
pensamientos que perturban la paz
intrínseca de la mente, que perturban su claridad. Esto es, dejar ir la anticipación, la prisa,
el aburrimiento, el enfado, el recuerdo, el análisis, el apego …
No
obstante, en este proceso, la mente tiene que mantener cierto
reconocimiento. Necesitas distinguir si
estás en tensión o relajado, si estás disfrutando o si la mente cambia su
percepción. Necesitas darte cuenta de lo
que está sucediendo tan relajadamente como sea posible.
A
medida que la mente va intimando con las sensaciones cada vez más sutiles, la
mente se va fusionado con estas sensaciones, posiblemente más gozosas, más
claras, más tranquilas y nítidas.
Cuando
empieces a reconocer esta cualidad gozosa de la mente tienes que permitirte
intimar más con ella y sostenerla,
permitiendo que crezca y se profundice.
Finalmente debes identificarte con esa cualidad.
Debes
aprender a identificarte con el gozo, la
paz que se abre, con la claridad y el amor que ahora están presentes, no con la
habilidad de la mente por imaginar o las perturbaciones mentales. Esta es la esencia, la naturaleza de la mente
raíz que reside en el chakra del corazón.
LLorenç Mestre
www.nirodhayoga.comLLorenç Mestre
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